lunes, 23 de junio de 2008

PASIÓN VAMPÍRICA




Rehabilito la noche en mí, buscándote entre las callejuelas de lápidas hexagonales que resuenan bajo mis pies congelados.
Juntos somos el cementerio de amapolas que luce bellamente sepulcral ante las tumbas cubiertas de flores que dejan atrás un mundo tejido de luto.
A través de las rojas catacumbas me deslizo hacia tí, acolmillado y enigmático ser, súbitamente tus carbónico ojos aparecen frente a mí.
Te ofrendo mi sangre para que te bañes con mi cuerpo derramado, y mientras me muerdes el cuello, justo en la zona erógena de la muerte, vas succionando el magma purpúreo de mis fluidos.
Resbala por mis ojos tu nombre gótico gritando la violencia que se desentraña de mi garganta roída por tu sed de murciélago.
Lames sanguinariamente el rincón prohibido de mis labios para embriagarte con el vino de mis glóbulos rojos, vampirizándome lento y dolorosamente hasta poseerme y estacarme en tí.
Mi habitante lúgubre, te reconozco dentro sintiendo como los filamentos de mi propia carne también se incrustan en tí incinerando nuestra piel en fusión escarlata.
Me ardes y te llevas mis cenizas flotando hasta el crepúsculo del sol.
Me ardes y te ardo en este ceremonial de vampírica pasión.

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