viernes, 13 de junio de 2008

Lo imaginario de Lúlu


Corría entre las gotas de lluvia turbia que caían de las nubes que formaba el cielo.
Corría atravesando los restos del cristal que había roto al empezar la densidad de la noche.
Corría y su agitación formaba un torbellino en el aire, distorsionando su tez en cada temblor de su cuerpo.
Corría sin pensar en lugares, en nombres, en situaciones; solo sentía su sofocado movimiento, el eco de su recorrido, la paranoia en sus propios pasos.
Corría, corría, corría.
Ella, la fugitiva de oscuridades, corría.
Ella, la cazadora de entidades, corría.
Ella, la domadora de fantasmas, corría.
Ella, la hechicera de almas, corría.
Huía de su sombra y sus mutaciones, de su reflejo sin silueta.
Huía de las bolas de luz halógena que veía rebotando tras las esquinas.
Huía de los gritos sin voz que emanaban los espectros albergados en su garganta.
Huía de los llamados que la invocaban a deslizarse dentro del pozo de su tiniebla.
Huía, huía, huía.
Ella la medium astral, huía.
Ella la vidente fantasmática, huía.
Ella, la chamana ancestral, huía.
Ella, la bruja iniciática, huía.
Huía, corría.
Corría, huía.

1 comentario:

Adolfo Augusto dijo...

Sublime, gracias por compartir con nosotros tus espirales de ideas, y gracias por el comentario en mi blogger, saludos querida amiga.